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Invierno del 2018.
Hacía mucho frío, pedazos de hielo junto con una fuerte tormenta azotaba los cristales de la ventana, mientras que en mi interior, era primavera, todo reverdecía y veía como las flores comenzaban a abrirse mostrando sus colores en todo su esplendor.

Un perfume a jazmín y azahar junto con un estado de infinita serenidad y gratitud era todo lo que sentía.

El día que nació Gratitude Revolution fue muy especial. Ese día terminé de darme el permiso para vivir desde todo lo bueno y abundante que había en mi vida, sin culpas, resentimientos ni preocupaciones e independientemente de lo que sucediera en mi mundo exterior.

Fue un proceso muy largo, durante muchos años estuve rompiendo todas mis cadenas, soltando completamente la identidad que me había forjado a lo largo de mis entonces 34 años y abrazado un estado de responsabilidad libre, incondicional y absoluta.

Es curioso, porque cualquiera hubiera dicho que ese día habría ocurrido muchos años antes de lo que realmente fue.

Su gestación comenzó junto con el proceso de mi maternidad, sin embargo vió la luz un año después.
Pero lo que verdaderamente lo detonó, fue literalmente la experiencia del parto de mi hija.

Poder decir (y más aún escribir) lo que viene a continuación, me ha supuesto mucho trabajo interior, vencer muchas barreras, prejuicios, romper tabues para liberarme de una vez por todas de los grilletes de la verguenza, la frustración y la rabia (e incluso la culpa, esa emoción que no sirve para ninguna clase de progreso y que siempre está dispuesta a fastidiarnos de la mejor manera).



Israel, ciudad de Netanya. 6:50 am.
En pleno momento de parto, acababa de atravesar uno de los momentos más duros de mi vida.

Abuso obstrético psico emocional y casi físico.
Digo casi físico, porque nunca supe lo fuerte que era, hasta ese preciso momento, en donde, en pleno trabajo de parto, en medio de las olas de dilatación y contracción, impedí que el abuso que estaba empezando a vivir por parte de el obstétra encargado, pudiera materializarse físicamente.

Nada fue un impedimento para que la leona más poderosa, saliera de mi interior. Ni la barrera idiomática, ni el que estaba dando a luz sin anestesia. La fuerza de la Vida, tomó el control y direccionó la pureza de lo que venía en camino.

Nunca pensé ni imaginé que fuera a vivir una experiencia así. Pero ahí estaba. Parándome de manos al médico obstetra que dirigía la sala y que le había pedido a las enfermeras y todo el personal que se retirara, incluyendo mi marido y la doula que me acompañaba, mientras yo exigía un cambio de obstetra y así fue.

Un shock, un gran shock para todos.

Hasta el día de hoy, cada vez que recuerdo esos momentos, agradezco el enorme soporte que he tenido , en especial en aquellos instantes, por parte de mi marido, mi familia y una extraordinaria doula. realmente he sido bendecida.

Te preguntarás por qué te cuento esto, si ya tienes bastante con tus propios «dramas personales» como para que yo te cuente mis andanzas ¿cierto?

Te lo comparto para que puedas inspirarte recordando tus propias batallas y tus grandes victorias.

Para que vuelvas a ser consciente de tu grandeza, de tu poder y fuerza interior.

Para que veas que no importa cuán difícil sea el momento que estés atravesando, siempre puedes volver a escoger.

Más tarde, mi familia y yo nos enteramos que no era la primera vez que sucedía esta «mala praxis» o debería decir «abuso de praxis», por parte de este médico, que por cierto, desde esa misma semana, tras «el evento que había montado», fue separado de su cargo y había dejado de ser parte del staff de dicho hospital.

Tengo que reconocer, que aunque la experiencia en ese momento fue bastante traumática, nunca pensé que me fuera a sentir tan apreciada, valorada, respetada, contenida y arropada por el resto del personal médico.

El Universo, que sabía de esa «prueba tan dura», también me había puesto recursos en el camino.


Esa misma semana, había asumido el puesto, un nuevo director. También coincidió que la jefa del departamento de ginecología y obstetricia era brasilera (así que yo siendo brasilera de nacimiento, pude estar muy a gusto en cuanto a conexión y comunicación), tenía una gran doula a mi lado (uruguaya, siendo que es mi país por adopción, allí cursé todos mis estudios) y un staff médico en el que me podía comunicar perfectamente en inglés.

Es cierto, había escogido mi dula y el hospital con mucho cuidado y planificación. Conocía su buena reputación y respeto para partos naturales, aunque siempre se puede encontrar una mancha en el blanco más puro. Pero no tenía como saber que iba a dar con ese excelente equipo médico en ese preciso momento.
Si has estado en Israel alguna vez, sabes que hay muy pocos brasileros e hispanos… así que vamos, las «probabilidades»- racionalmente hablando, no estaban a mi favor.

Pero la Vida siempre sostiene la vida.
Y el Universo siempre conspira para nuestro mayor bien, aunque el Ego y nuestra mente no lo logren ni ver ni entender.


Ya, pero ¿por qué te comparto estos detalles..?

Por una sencilla razón: La vida está hecha de detalles.

Son los matices de los colores, las sutilezas y esas pequeñas cosas, las que conforman las grandes cosas.


Y si estás dispuesto a salir del drama de tu vida, del modo víctima de «por qué a mí», entonces, comprenderás que es cierto, que al otro lado del arcoíris te espera un tesoro, o como me gusta decir, detrás de una desgracia, se esconden mil bendiciones,

Acababa de abrir la ventana para permitir que el gélido frío sacudiera mi primaveral estado.

Estaba lista.  Y necesitaba volver al ruedo.

Por mi, porque necesitaba esa adrenalina que se genera cuando estás en modo “misión y servicio” y esas cantidades descomunales de dopamina cuando conectas tanto con tu pasión, que es capaz de causarte insomnio.

Pero sobretodo, tenía muchas ganas de una vez por todas, de mejorar la técnica que me había permitido superar lo que había vivido en el último año y quería hacerlo trabajando en equipo, durante el viaje que yo misma estaba haciendo, en el laboratorio de la vida.

En esta fase, «mi sistema» era literalmente “un proyecto vivo”.

Era la primera vez que hacía algo tan audaz, en donde me involucraba y exponía tanto. 

Empecé a unir todas y cada una de las estrategias y técnicas más poderosas que me permitieron pasar de un nivel al siguiente sistemáticamente, avanzando y construyendo ladrillo a ladrillo, la vida que hoy tengo y disfruto a manos llenas. 

No, no es una vida perfecta al estilo hollywood, pero es perfectamente vivida y eso es lo que importa.

Porque la perfección, uno de los mayores enemigos de los visionarios y gamechangers como tú y como yo, flaco favor nos hace, siendo además imprecisamente abstracta e impredeciblemente cambiante, según los nuevos estándares en los que nos vamos moviendo.

Pero no nos vamos a engañar, ¿verdad? Así que si eres de los míos (como supongo que lo eres, de lo contrario no estarías leyendo esto), sabes que de alguna manera, he buscado crear un sistema y programa perfecto… porque esa es nuestra naturaleza, nos  conocemos ¿cierto?

Y tienes razón. 

A diferencia de muchos programas, sistemas, cursos… yo buscaba crear una fórmula para que cada uno pudiera crear Su Propia Fórmula. Y resultó como como debes imaginarte, en algo completamente diferente.

¿Qué tal si esa fórmula generadora de fórmulas personalizadas para crear vidas extraordinarias y llenas de sentido, fuera realmente algo mucho más simple y sencillo de lo que jamás hemos pensado?
¿Y si fuera más un tema de enfoque, significado e implementación diferente al que habitualmente concebimos? 

En un momento de epifanía, me di cuenta que tenía que romper paradigmas y tener la valentía de compartir con el mundo mi propia filosofía de vida, porque no habían sido “las técnicas” en sí mismas, las que me habían permitido recobrar absolutamente la salud regresando de una experiencia cercana a la muerte con un pronóstico, fatalista a mis 19 años, tras un accidente de tránsito. 

Ni había sido solamente el cambio de dieta y hábitos lo que logró que me sanara de una fibromialgia aguda en mi adolescencia. 

Tampoco es cierto que debido a ellas, he logrado volver a enamorarme de la vida, cuando a mis 24 años experimenté una profunda crisis personal, donde a pesar de mi temprano “éxito profesional”, yo no era feliz y me encontraba viviendo sin propósito e ilusión.

No fueron solamente las técnicas del perdón y la compasión, las que me sacaron  “del pozo”, cuando me enfrenté con varias situaciones muy desafiantes desde el comienzo de mi maternidad. 

Lo que de verdad me había transformado, había sido la práctica. El caminar el camino pero desde una profundidad y una dimensión completamente diferente.

El aprender a confiar en la vida y dejar de empujar “haciendo que las cosas sucedan” para que realmente pudieran suceder a través de mi. El hackear mis propios códigos internos y ser capaz de reprogramarme hacia la vida que deseaba.

Soltar. Entregar. Rendirme.  

Ese fué mi largo proceso de aprendizaje intenso y sin descanso, en donde lo único que había en común en todas estas situaciones y otras tantas, era yo misma. 

Tener el valor y la humildad de desaprender para volver a aprender a recordar desde otro lugar: nuestra Esencia y desde allí re escribir mi vida, manifestando, materializando desde un Yo más consciente, más pleno, auténtico que vivía desde el amor y no desde el miedo.

Y así fue.


Empecé a compartir y hacer “en vivo” junto con mi comunidad, un viaje de “21 días de bendiciones y gratitud”, en donde iba compartiendo mis aprendizajes, momentos “ajá” y ejercicios enfocados a lograr un mayor estado de serenidad y consciencia. 


Todo lo que había y sigo aprendiendo de neurociencia, neuropsicología, espiritualidad práctica, hacks para mejorar nuestros niveles de energía, aumentar nuestra claridad, foco y creatividad, dominio de la mente, física cuántica y mucho más, está todo condensado en este viaje de 21 días de entrenamiento y 90 días de implementación.

Los resultados fueron increíbles, muchos de los participantes lograron dar un vuelco a sus vidas al finalizar esos 21 días. Otros fueron capaces de adoptar hábitos más saludables y transformar diferentes áreas de sus vidas.

Pero en esta ocasión, la Vida me pedía una apuesta más alta.

Hasta ahora la más alta de todas: la de “entregarlo todo y no guardarme nada”, un salto de confianza ciega y rendición al Universo, con el único objetivo de que todo aquél que lo necesitara y resonara con el mensaje, en el momento adecuado, pudiera acceder a esta experiencia.

Por primera vez, comprendí que luego que vivimos una experiencia, ella ya no nos pertenece.
Sino que pertenece a la Humanidad.

Así es como funciona la ley de la evolución.
Compartiendo desde nuestra generosidad nuestros avances y nuestras victorias.
Nuestras liberaciones.
Al final, a la Vida le debemos nuestra existencia.

Empecé a unir cabos y simplificar procesos, hasta tener el extracto puro, la esencia concentrada, haberla probado, comprobado y vuelta a testar por todos mis clientes y cuantas personas voluntarias que en el camino se han unido mientras creaba la fase beta.

Ya han pasado casi 4 años desde entonces.

Hoy me siento feliz de brindarte «mi capilla sixtina», mi obra maestra: Te presento a Gratitude Revolution.


Imagina por un momento qué significa para ti
re escribir tu historia
y empezar a vivir la vida que siempre has soñado
pero que aún no te has permitido.




LA GRATITUD: LA LLAVE SECRETA DEL ÉXITO

En este programa, comparto la base de mi filosofía de vida, los principios, las reglas, los mecanismos y su implementación. Al ser diseñada como una experiencia, este viaje es 100% práctico, enfocado a que obtengas resultados desde el momento en que empieces a implementarlo. 


Además, podrás utilizar este mismo sistema en múltiples áreas y situaciones de tu vida, independientemente en qué momento te encuentres o cuál sea el desafío que estés atravesando.

Como te cuento unos párrafos más arriba, no me guardo nada y lo he puesto todo en Gratitude Revolution.

En él comparto las técnicas  que he utilizado y más me han funcionado junto a los trucos que me han permitido tener resultados exponenciales materializando todo lo que he deseado desde mi Esencia.

Verás, esto no es un programa más, ni es uno de esos que haces una vez, tienes «tu momento» y luego lo archivas en algún lugar de tu escritorio digital.

Se trata de una experiencia, de hecho, lo que aprenderás y experimentarás es un nuevo estilo de vida.

En él he condensado mis últimos 14 años, en los que me he dedicado exclusivamente a estudiar cómo superar y desbloquear los diferentes niveles de nuestro subconsciente, mientras se libera nuestro poder interior, hasta el punto de volvernos imparables e impactar positivamente en nuestro entorno como unas verdaderas supernovas.

He vivido en carne propia y también mis clientes los  “milagros” que suceden cuando estamos alinados y en coherencia con el Universo, porque en verdad, lo que solemos llamar de “milagros”  no son más que manifestaciones conscientes desde nuestra Esencia al servicio de un propósito superior y en perfecta sincronía con el Universo.

Dime, ¿qué darías por acceder a estados de conciencia elevados, atravesar dolores profundos, sanarlos y perdonarlos?

¿Cómo te sentirías al ser capaz de dominar tu mente y aquietar tus pensamientos, armonizando tu cerebro emocional y racional y ponerlos al servicio de tu Esencia, logrando así una vida llena de propósito y significado?


Ahora, ya conoces la historia de Gratitud Revolution y el increíble potencial que puede tener en tu vida y cómo ha transformado la vida de cientos de personas.

  • Si te gustaría tener una vida vibrante, apasionante, que es capaz de impactar positivamente en tu entorno. 
  • Si una de tus principales obsesiones es la de dejar tu huella, tu legado. 
  • Si realmente estás dispuesto a dejar atrás las excusas e historias que te cuentas y por una vez, apostar “en serio” por ti y por tus sueños, esta MASTERCLASS GRATUITA es para tí.


Continúa evolucionando. Sigue revolucionando. _/\_⁣⁣⁣⁣⁣⁣

Con afecto y gratitud, 
Samantha.